14 jul 2011

En el camino



Manzanares, 8 de mayo de 2009
Por Román Orozco.
Termina el curso. Este particular curso escolar en el que hemos intentando transmitir  valores cívicos y de compromiso en un mundo que se está alejando de ellos y así nos va.
La crisis económica está arrasando muchas esperanzas y, como siempre, golpeando con mayor dureza a los más débiles.

Se arrojan ingentes cantidades de dinero en mano de los financieros y altos ejecutivos de la banca, causantes primeros de esta crisis, mientras alguna derecha retrógrada pretende restringir los derechos conquistados por la clase trabajadora a lo largo de décadas: quieren reducir sus salarios, las prestaciones por desempleo, o la indemnización por despido…

Nuestro invitado de hoy, Javier Reverte, sabe mucho de esa sufriente clase trabajadora.
Porque, si tuviera que resumir en un titular la vida y obra de Javier, sería éste: busca la verdad entre los más humildes, lejos de los palacios y los salones.
Hay básicamente dos tipos de periodistas: los que cuando llegan a un lugar localizan las fuentes del poder y la riqueza y beben de ellos, y los que acuden a plazas, barrios y tabernas y se mezclan con los más humildes. Algunas veces, poniendo en riesgo su propia vida, como cuando recorrió el Amazonas para escribir El río de la desolación y cayó gravemente enfermo de malaria.

Javier, como nuestro común amigo Manuel Leguineche, o el polaco Ryszard Kapuscinski, es de los segundos. Por eso, sus escritos están llenos de humanidad, son tan cercanos, nos estremecen. Son verdaderos.
Javier comenzó como periodista hace ya muchos años. Ha sido corresponsal en ParísLondres, Lisboa y enviado especial a países de los cinco continentes.

Ha cubierto varios conflictos bélicos, pero no es un reportero sediento de sangre y balas. Al contrario, las guerras no le gustan. Cuando ha tenido que informar sobre una, Javier se ha centrado en el drama que viven quienes la sufren, los que pierden sus vidas, sus hogares, sus hijos. Un buen ejemplo es el libro-reportaje  Bienvenidos al infierno, sobre el sitio de Sarajevo y su hermosa novela La noche detenida.
Javier no es de los periodistas que se quedan acodados en la barra del bar del hotel. Le gusta la calle y allí encuentra el material que le servirá para realizar proyectos más ambiciosos que la perecedera crónica periodística.
Así fueron naciendo sus libros. Su primera y temprana obra, La aventura de Ulises (1972), señalaba ya su pasión viajera. Le siguieron novelas y poemarios hasta que en 1998 apareció El sueño de África. Su amor por el continente africano se reflejó en otros dos libros, Vagabundo en África y Los caminos perdidos de África. En ambos, Javier combina magistralmente el viaje y la historia, contada por los hombres sencillos que va encontrando en el camino.
El éxito fue inmediato y gracias a ello Javier pudo dedicarse plenamente a lo que más le apasiona: viajar, ver y escribir. Aparecieron nuevos libros de viajes, El Corazón de Ulises y novelas apasionantes, como la ya citada La noche detenida (Premio de Novela Ciudad de Torrevieja), El médico de Ifni y Venga a nosotros tu reino.  Se reeditaron viejas obras, como su Trilogía Centroamericana y reunió sus poemas en Trazas de Polizón.
  
Pero el éxito no cambió al reportero incansable que siguió con el macuto a cuestas recorriendo mundo. En el camino, siempre. 

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