21 dic 2011

Apoyos a la Escuela de Ciudadanos


Manzanares, 21 de diciembre de 2011


El I+D imprescindible de la Participación Ciudadana y de la Democracia.
Por la Asamblea Local de Izquierda Unida Valdepeñas (*)
Resulta maldita la gracia de que la Derecha Europea se arroje en brazos de los especuladores financieros criminalizando de paso a las víctimas, que no somos otras que los ciudadanos de a pie.
Nos dicen que tenemos que hacer un esfuerzo para formarnos, para estar a la altura de lo que el mercado laboral necesita y la Patria demanda. ¡Buena pareja de hecho, el Mercado y la Patria!: El uno porque anida en la especulación financiera y la otra porque acalla las conciencias, ensimismándolas en la aceptación del sacrificio, como deber inexcusable, sin atender al desigual esfuerzo de cada colectivo social.
El caso es que los neo-conservadores, o sea, los conservadores radicales y extremos (porque de neo -nuevo- tienen poco) no están por la labor de que tengamos ideas propias. Ni les apetece que podamos participar en nada, salvo en el coro de los oé, oé, oé, oé... Ya se lo dijo una Concejal de Educación del PP a un miembro de Amnistía Internacional que le proponía un modestísimo programa de difusión de los Derechos Humanos en los Centros Escolares: “Mire usted, los padres no queremos que a nuestros hijos se les metan ideas en la cabeza”. Asombroso. Y una pena que la edil popular no captara la importancia de llenar los virginales cerebros con ideas. 
Potenciar la participación ciudadana
Y, sin embargo, no siempre ha sido así o, por lo menos, no estaba tan descarnadamente explicitado. Muy al contrario, los objetivos bien definidos de la Participación Ciudadana se podían apoyar en la Ley de Medidas de Modernización del Gobierno Local que, por una parte, aportaba un elemento de flexibilidad en cuanto al desarrollo de esta programación, en la medida en que esta Ley se fuera concretando a nivel Municipal y, por otra, introducía nuevos elementos en relación a la Participación Ciudadana que ampliaba el planteamiento recogido en la Ley 7/1985 de 2 de Abril Reguladora de las Bases de Régimen Local, en el sentido de “reforzar las posibilidades de participación y de incidencia de la ciudadanía en el gobierno local, con el fin de, evitar o corregir, en el contexto de un mundo globalizado, el alejamiento de la ciudadanía de la vida pública”.
Para ello, establece unos estándares mínimos que constituyen los mecanismos necesarios para potenciar la participación ciudadana a nivel local.
En este sentido es importante destacar también algunos de los principios esenciales que se recogen en el documento del Consejo de EuropaLa participación de los ciudadanos en la vida pública local”, en el que se ofrecen, a todos los Estados miembros de la Unión Europea, una serie de orientaciones y mecanismos adecuados a las características actuales de la participación. Entre ellos, “buscar nuevas vías dirigidas a reforzar el espíritu de ciudadanía y a promover una cultura de la participación democrática compartida por las comunidades y las autoridades locales”, y “reconocer y potenciar el papel de las asociaciones y las agrupaciones de ciudadanos como socios esenciales del desarrollo y del mantenimiento de una cultura de la participación, y como fuerza de entrenamiento para la práctica de la participación democrática”.
La ilusión de ser ciudadanos
Leídos, hasta con asombro, los párrafos anteriores cabe preguntarse en qué curioso país estamos y cómo nos dotamos de normas generosas y bienintencionadas que luego son deshonradas en la práctica diaria.
Algo de esto debieron comprender o intuir unos habitantes de  Manzanares que, con la ilusión de ser ciudadanos, decidieron, para estar a la altura de sus propias necesidades y de lo que Europa esperaba de nosotros, que había que empezar aprendiendo las cuatro reglas de la polis, o sea, los fundamentos de la vida política (en la ciudad y en el mundo) de la que ya hablaban los griegos unos cuantos siglos antes de que un profeta galileo reivindicara el amor fraternal.
¡Y qué poco caso hemos hecho a los griegos y al tal Galileo! (Por cierto, al Galilei tampoco). Ahora, parapetados tras esa falacia de “la voluntad de los españoles a favor del cambio” y esgrimiendo un miedo de destrucción masiva, nuestros señoritos cortijeros se ponen a las órdenes de los neoliberales que manejan la Gran Superficie en la que se ha convertido el planeta y pretenden que les entreguemos alma, corazón y vida. Letra de bolero. Que se les entregue eso y nada más… o sea  ni una idea, ni una reivindicación, ni una ocurrencia. Sólo, cómo no, el oé, oé, oé, oé.
Nos queda la palabra
Los colegas de Manzanares habían intuido que tenían que recuperar la palabra y el pensamiento, porque –como casi todo el mundo puede comprender, y además lo avisaba en buena medida León Felipe- malo sería que no nos quedara la palabra aunque se nos estén llevando la hacienda y sean muy suyos tanto el saber aplicado al manejo de las masas como los mecanismos del dinero contante y sonante que permite la supervivencia familiar.
Por eso, estos habitantes de Manzanares, con vocación de personas,  montaron una “Escuela de Ciudadanos” en el lugar más apropiado: la Biblioteca Pública Lope de Vega, por cierto, levantada en el solar de la antigua cárcel del pueblo.

Y no sabemos por qué, ¡ay!, el Partido Popular le niega el permiso, el lugar, el pan y la sal a quienes pretenden mantener el funcionamiento de esa ESCUELA so pretexto de “adoctrinamiento” indeseable. ¿Cómo puede habérseles metido esa idea en la cabeza a los del PP? ¿No estaban en la cosa de no tener ninguna?
Los nuevos parias de la tierra
Mientras tanto, en Valdepeñas, Izquierda Unida sigue esperando que el gobierno municipal asuma la Participación Ciudadana como una de las irrenunciables estrategias para hacer frente al tsunami neoliberal basado en la descerebración de los ciudadanos, el vaciado sistemático de sus bolsillos y la sustitución de lo razonable por la ocurrencia emotiva.
Y en esa tarea no cejará de llamar a un amplio frente que debe reunir a los “nuevos parias de la tierra” que puede, en el mejor de los casos, que no sean literalmente “famélica legión” pero están viendo cómo su nivel de vida desciende hasta la descarnada pobreza material y la falta de horizontes.
Por todo ello, en IU Valdepeñas expresamos nuestra más rotunda solidaridad con la Escuela de Ciudadanos de Manzanares, ofrecemos nuestra colaboración para que sus actividades también puedan desarrollarse en Valdepeñas y esperamos el compromiso del Gobierno Municipal de esta ciudad para que, no solo esta encomiable iniciativa tenga posibilidad de llegar a nuestros convecinos en las mejores circunstancias posibles, sino que la Participación Ciudadana sea, no solo el instrumento escogido para afrontar la crisis desde la perspectiva municipal, sino que sirva para honrar esa Constitución Española de 1978 (que la consagra) y que tanto les gusta a algunos celebrar a fecha fija y cambiar cuando nos lo imponen desde fuera de nuestra soberanía y de nuestros intereses.
(*) La Asamblea Local de IU Valdepeñas es una formación política constituida en Valdepeñas, de forma estable, en el año 1.993, recientemente reincorporada al Ayuntamiento tras las pasadas elecciones municipales. Reúne diversas habilidades y sensibilidades y entre ellas, la de solidarizarse con entidades que desarrollan una labor de promoción de los valores democráticos y de fomento de la conciencia ciudadana.

En la foto, los miembros de la candidatura a las elecciones municipales del pasado mes de mayo

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Grabación de la Cadena SER
El Alcalde de Valdepeñas y la Escuela de Ciudadanos