Según el periodista Miguel González, es un partido “ultranacionalista” que cree que la soberanía reside en la nación española y no en el pueblo
“Vox es un negocio muy rentable”, afirmó en la Escuela de Ciudadanía
El periodista Miguel González, especializado en información de Vox en el diario El País, respondió en la Escuela de Ciudadanía de Manzanares a muchas de las preguntas que la sociedad se hace sobre la evolución, auge, ideas, gestión y riesgos de este partido de ultraderecha que definió como “ultranacionalista”. También habló de la moción de censura y de Tamames.
Tras el éxito electoral en Castilla y León “y el gran chasco” de las elecciones andaluzas, Vox presenta esta segunda moción de censura cuando empieza a retroceder en las encuestas y el PP gana más apoyo con un nuevo presidente, Núñez Feijóo, “con cara de ganador”, a diferencia de Pablo Casado. Es el contexto en el que el periodista Miguel González sitúa esta moción con la que el partido de Santiago Abascal busca el protagonismo y la iniciativa a poco más de dos meses de las elecciones municipales y autonómicas.
“Son decisivas porque si se repite lo de Andalucía en muchas comunidades o ayuntamientos y el PP no necesita a Vox para gobernar, Vox irá de capa caída para las elecciones generales. Pero si se repite la situación de Castilla y León y Vox entra en gobiernos, creará una dinámica con más expectativas para conseguir su gran objetivo, que no es otro que Abascal sea el vicepresidente de Núñez Feijóo”, afirmó González el jueves 16 de marzo en la Casa de Cultura de Manzanares.
Del candidato que Vox presenta a presidir el Gobierno si prospera la moción de censura, Ramón Tamames, el experto en este partido dijo que “Abascal ya se llevó una hostia y quiere evitar ese desgaste”. Para ello buscó un “mirlo blanco” que, con sus 89 años, no supone un rival para el presidente del partido, como sí podría serlo, por ejemplo, Cayetana Álvarez de Toledo. Y siendo un exdirigente del PCE que estuvo en la cárcel en tiempos de Franco, “con una hoja de servicios democráticos absolutamente impecable”, se busca blanquear al partido y que, por ser alguien respetable, a los demás partidos no se les vaya la mano a la hora de criticarle porque “puede ser un boomerang”, dijo el ponente.
Sin embargo, González, que recientemente entrevistó a Tamames, dijo que la contradicción del octogenario candidato es que se trata de una persona que critica la polarización, la falta de consenso y diálogo, de lo que, precisamente, “sus patrocinadores son los principales promotores”. “Una de las peores aportaciones de Vox es introducir el término enemigo referido a un adversario político”, añadió en su charla junto al presidente de la asociación, Juanjo Díaz-Portales.
Con la coalición y socios de gobierno unidos contra la moción, a juicio de Miguel González, lo que se juega es el liderazgo de la derecha. “Esto básicamente es una batalla en el seno de la derecha. Si la moción de censura es un esperpento y el electorado de la derecha piensa que esto de Vox no es serio, será bueno para el PP. Pero si cala la idea de que quien realmente planta cara al gobierno y a la izquierda es Vox, beneficiará a Vox”, dijo en la charla.
El ponente, que se suma al casi centenar de personalidades que han pasado por la Escuela de Ciudadanía en sus quince cursos, explicó que pidió hacer información del partido de ultraderecha con el fin de “entender las cosas” en un país que parecía “que estaba vacunado de esto con el franquismo tan reciente”.
Y tanto profundizó en su quehacer periodístico que el resultado fue Vox S.A. El negocio del patriotismo español (Península, 2022), el libro en el que González hace una exhaustiva radiografía sobre este partido, documentada con datos que no han sido rebatidos. “Esperaba que Vox se iba a querellar”, reconoce el curtido periodista malagueño.
En el libro, que dedica a los 3,6 millones de votantes que Vox tuvo en noviembre de 2019, su autor reflexiona sobre cómo no funcionó la “alerta antifascista” que Pablo Iglesias lanzó cuando Vox sumó 12 diputados en Andalucía en diciembre de 2018. “Lo único que consigues es que se reafirmen, les estás insultando”, dijo Miguel González, para quien lo que hay que hacer es intentar entender por qué votaron esa opción.
Nacionalismo español
El periodista, que explica en su libro el contexto y lo que sucedió entre el fracaso de Vox en las elecciones generales de 2015 hasta el lleno de Vistalegre en octubre de 2018 y los 52 diputados de 2019, dijo en Manzanares que el órdago nacionalista catalán del 1 de octubre de 2017 despertó un nacionalismo español que parecía aletargado. “Y el nacionalismo tiene mucha capacidad de arrastre, tanto uno como otro”, explicó.
Según González, “la principal bandera de enganche de Vox es el nacionalismo español”, y recordó que Abascal, en su trabajo de fin de carrera de Sociología, “analizó muy bien la fuerza del nacionalismo -en ese caso vasco- para dirigirse a los sentimientos de la gente, al lado irracional, para movilizar los miedos y basarse en los mitos. Hace lo mismo que ha criticado, pero del lado del nacionalismo español”.
Además del 1-O, llegó la moción de censura que llevó a Pedro Sánchez a la Moncloa en junio de 2018. La derecha quedó descabezada y fuera del gobierno. Fue cuando Vox se convirtió en la opción para muchos de sus votantes en un país que, a diferencia de otros estados europeos, no ha tenido en la inmigración el factor principal del auge de este tipo de partidos.
Vox también se hace con el apoyo de colectivos “que se sienten perjudicados por la evolución social: cazadores, el mundo del toro, hombres perplejos ante el nuevo papel que toma la mujer en la sociedad, gente que se siente excluida o atemorizada por la revolución digital”. Y aunque lejos de solucionarles sus problemas, “lo que hace es agravarlos”, según González, Vox se aprovecha de esta incertidumbre “porque agarrarse a las cosas del pasado, da seguridad”. “La nostalgia es algo que siempre está de moda y el volver a la familia, a la religión o a la patria puede hacer sentirse seguro. Es algo que funciona muy bien”, analizó el ponente. “Primero te provoca el miedo y luego te dice que te protege”.
Partido ultranacionalista
Para Miguel González, Vox no es un partido fascista, es “ultranacionalista”. “No cree que la soberanía resida en el pueblo español, como dice la Constitución. Cree que reside en la nación española: los españoles vivos, los muertos y los que están por nacer. Los vivos siempre seremos minoría”, expuso. Con esa base doctrinal, la nación está por encima de las personas reales. Por ello, igualó esa ideología con la de Vladimir Putin. “Vox está más cerca de Putin que de lo que fue en un momento el fascismo histórico”, añadió.
Negocio rentable
Creado en diciembre de 2013 con un millón de dólares que la resistencia iraní dio a Vidal Quadras con objetivo de conseguir su reelección como eurodiputado, “Vox es un negocio muy rentable”, según Miguel González. Explicó que en 2019 recibió 1,5 millones de euros en donaciones, más que el resto de grandes partidos juntos. “¿De dónde viene? Difícil saberlo”, dijo. También habló del sueldo de Abascal y de cómo se proclamó patrono perpetuo de la fundación Disenso, a la que Vox ha transferido cinco millones de euros en dos años.
De la democracia interna del partido, explicó que se han eliminado las elecciones primarias para candidatos y para cargos provinciales, y que el propio presidente del partido no fue votado por sus afiliados. Por ello, concluyó que Vox “no es un partido democrático”. Y aunque no cumple la ley de partidos y pretende ilegalizar a los partidos nacionalistas, Miguel González no cree que haya que ilegalizar a Vox. “Una de las cosas que tienen es ir de víctimas”, dijo al respecto.
Riesgo para la democracia
Por último, ante un partido que amenaza la libertad de información con su veto a periodistas y medios de comunicación, González se preguntó si puede sobrevivir una democracia sin libertad de información. Y respetando a quienes se oponen al aborto o a la eutanasia, el periodista dijo que se trata de convicciones, moral y creencias. “Lo que no pueden hacer es imponerlas al conjunto de la sociedad. “Pretenden imponer sus propias concepciones de la moral y, los que somos mayores, esto ya lo hemos vivido”, dijo en alusión a los tiempos de dictadura franquista.
Este encuentro, que concluyó con preguntas del público, es la antepenúltima cita del XV Curso de la Escuela de Ciudadanía, que tendrá una doble cita final el 28 de abril en la Casa de Cultura con una charla de Santiago Auserón en su faceta de filósofo y, al día siguiente en el Gran Teatro, con un concierto de Auserón y su Academia Nocturna.
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