El poeta granadino, Vaso XVII del Ciclo Vinos Nobles de la Fundación Grupo A7 de Valdepeñas
Por Matías Barchino (*)
Como todas las Fiestas del Vino desde los últimos 25 años, al mediodía del sábado 3 de septiembre de 2011 se celebró una sesión más de la tertulia poética “Desde el empotro” de las Bodegas A7 de Valdepeñas, hoy Fundación Grupo A7.
El poeta homenajeado en esta ocasión ha sido Luis García Montero, a quien se ha dedicado un Vaso Poético del llamado Ciclo de Vinos Nobles, lo que incluye una tinaja y una carpeta poética con sus versos.
La celebración de este acto en Valdepeñas es ya toda una tradición. García Montero hizo el vaso número XVII de los dedicados a grandes poetas nacionales en esta bodega que, desde 1986, ha acogido nombres tan ilustres en la poesía española como José Hierro, Claudio Rodríguez, Rafael Montesinos, Leopoldo de Luis, Félix Grande, Francisco Brines o Juan Carlos Mestre, entre muchos otros, que han dejado sus versos en la bodega y su palabra en el aire delicado de lías y mostos.
El Vaso XVII, con el poema Compromiso de García Montero
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Las tertulias del Grupo A7 son actos sencillos y emotivos, aunque multitudinarios, en los que la palabra poética se mezcla con el vino y con la amistad, acompañándose de la música.
A Luis García Montero lo presentó el periodista Román Orozco, que sin olvidar la labor como poeta y escritor, se centró en la faceta comprometida y activista del granadino, que él conoce desde hace años. Efectivamente, además de la publicación del último de sus libros de poesía titulado Un invierno propio (Visor) y varias antologías de su obra, García Montero está empeñado en la actualidad en hacer frente a la situación política, social y económica que vivimos en España y al desánimo que se abate sobre la ideología progresista, con un manifiesto en favor de la reconstrucción de la izquierda, uno más de los compromisos ciudadanos que el autor ha asumido en su vida.
La mesa del acto: De izquierda a derecha, Julián Creis Córdoba, Román Orozco, el alcalde Jesús Martín, Luis García Montero y Agustín Gil.
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Tras este primer retrato del poeta, un grupo flamenco culminó la intervención del presentador con una conmovedora granadina dedicada especialmente al poeta, que luego se acompañaría con otros cantes. Con la emoción rebosando el ambiente, el poeta tomó la palabra para agradecer el homenaje y para manifestar sus convicciones que se reflejan en cada uno de sus libros y poemas.
Luis García Montero leyó una decena de poemas publicados en una carpeta hecha especialmente para este acto, ilustrada con los dibujos de Juan Vida, presente también en la bodega. Más música y más poesía, incluyendo la proclamación del XXXII Premio Juan Alcaide de poesía, otra de las instituciones culturales más antiguas de Valdepeñas, continuaron en la tertulia que culminó con la apertura de la tinaja que dejará para siempre los versos de Luis García Montero en la bodega de A7 por medio del poema “Compromiso”, una de sus obras emblemáticas que comienza con los versos:
María Ángeles Rivera Matamoros canta unas granadinas.
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He derramado el vino tantas veces
sobre el mantel. Los dedos de la aurora
saben por mí que el rojo
no es el color de una bandera,
sino el cielo que rompe
en el amanecer de la ciudad.
Pudiera parecer que se trata de una crónica de una actividad poética provinciana, una más de las muchas que cada día se celebran en toda España, organizadas por diversos grupos poéticos o patrocinadas por ayuntamientos e instituciones. En cierto modo es así, pero tiene algo de especial la tertulia del Grupo A7. No sólo porque se celebra efectivamente en el empotro de una bodega, entre tinajas que hasta hace no mucho tiempo han contenido vino, sino por la pequeña historia de este grupo poético.
El origen de A7 está en la relación de un grupo de siete amigos que desde su infancia, en los años cuarenta, trataron de convertir la amistad en algo más que una actividad privada y quisieron abrir sus inquietudes al pueblo. El grupo, que desde hace unos años se constituyó en fundación para asegurar su pervivencia, abrió sus actividades a todo aquel que gustara de la poesía, invitando a los más conocidos poetas de España.
La galería de los vinos nobles
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Con la lejana referencia del clásico Bernardo de Balbuena, conocido de Cervantes, Quevedo y Lope de Vega, autor de uno de los grandes poemas épicos españoles, El Bernardo, y de algunos de los sonetos más logrados del siglo XVII, el amor por la poesía en la ciudad deriva directamente de la personalidad y la obra de Juan Alcaide Sánchez. Fue poeta de la generación del 39 y maestro de escuela que ejerció en la República y la primera posguerra, hasta su muerte en 1951.
Juan Alcaide logró trasladar a sus discípulos su amor por la poesía y su devoción por poetas como Antonio Machado, Federico García Lorca o Miguel Hernández, con quienes tuvo contacto personal o epistolar. A Lorca le dedicó un emotivo poemario publicado en Buenos Aires, en plena Guerra Civil.
Si se puede hablar de algo parecido a una poesía manchega, Alcaide fue sin duda su fundador, lo que le ha acarreado cierto olvido por parte de algunos ambientes que lo vinculan indebidamente con un regionalismo chato o con la poesía de juegos florales. Alcaide fue, no obstante, un auténtico poeta de grandes aspiraciones artísticas, pero su labor de maestro fue mucho más allá, pues pocos poetas de la región, como Ángel Crespo, Eladio Cabañero o Félix Grande, han dejado de valorar la influencia del poeta de Valdepeñas.
Algunos de los fundadores del grupo A7 fueron discípulos directos de Juan Alcaide y han mantenido tantos años su lección de amor por la poesía como un emblema de ciudadanía. Tal vez sea excesivo atribuir a la poesía valores o poderes que vayan más allá de la mera combinación de palabras y oraciones, es posible que la vieja aspiración a cambiar el mundo a través de los versos pueda parecer hoy una creencia ingenua. Sin embargo, la pervivencia social de un elemento tan aparentemente gratuito e innecesario como la poesía en cualquier ambiente resulta de un poder difícil de medir, pero evidente.
García Montero con el grupo flamenco de Cristino Quintana, Román Orozco y a la izquierda José Luis Morales
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El poeta con María José Maeso.
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En este contexto es fundamental la labor que grupos como A7, el Grupo Artístico-Literario El Trascacho o la Asociación Amigos de Juan Alcaide de Valdepeñas tienen para asegurar la permanencia de esos valores que ya son una tradición en el pueblo.
En este contexto, la Fundación Grupo A7 se ha propuesto mantener y extender su actividad con los homenajes a grandes poetas nacionales, pero también a los poetas más cercanos, en su Ciclo de Vinos de la Tierra y a los jóvenes, en su Ciclo de Vino Joven. Ampliar su actividad al arte (desde hace años mantiene un premio en la Exposición Nacional de Valdepeñas) y en la música son objetivos de la Fundación. La presencia de Luis García Montero en Valdepeñas es una forma de afirmar el valor que la palabra poética tiene para la sociedad en la que surge y de la que se nutre.
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(*) Matías Barchino (Valdepeñas, 1961) es profesor de Literatura Hispanoamericana en la Universidad de Castilla-La Mancha y decano de la Facultad de Letras de Ciudad Real. Es también secretario de la Asociación Amigos de Juan Alcaide de Valdepeñas. Ha escrito artículos y ensayos sobre escritores como Pablo Neruda, Nicolás Guillén o Julio Cortázar. En la actualidad participa en el proyecto de investigación: El impacto de la Guerra Civil Española en la vida intelectual de Hispanoamérica: http://impactoguerracivil.blogspot.com/