¿Derecho o derroche?
En momentos de crisis como el actual es tentador pensar que los medios públicos de información
son lujos que no nos podemos permitir
Nadie quiere contribuir con sus impuestos a aparatos de propaganda plagados de funcionarios
Una televisión pública, neutral, viable y participativa es un derecho fundamental para que nosotros mismos, con nuestros impuestos, nos garanticemos la verdad
Por Mercedes de Pablos (*)
Dice un amigo mío, catedrático de Derecho, que los países se dividen entre los que tuvieron democracia antes de que llegara la TV y a los que la democracia les llegó después. Como toda greguería, es una exageración no exenta de sentido común y de una verdad incómoda: el conflicto de los medios audiovisuales, y la poderosa tele como estrella, de titularidad pública, no solo no es irresoluble, sino que hay lugares donde se administran bien, se garantiza su neutralidad y se asume su viabilidad.