Nacida muerta
E.C.
Blas Villalta, profesor de Lengua Castellana y Literatura, y vocal de la Junta Directiva de la Escuela de Ciudadanos (EC), se suma al debate sobre la Reforma Wert, uno de los temas propuestos para el Aula de Verano 2013.
En este esclarecedor artículo, el profesor Villalta afirma que la reforma del ministro José Ignacio Wert nace muerta y se pregunta “a qué clase de personas hay que explicarles a estas alturas que una sociedad se mutila a sí misma si no ofrece las mismas posibilidades de desarrollo personal y laboral a todos sus miembros”.
Animamos a todos los seguidores y simpatizantes de la EC a que participen en este decisivo debate sobre el futuro de quienes serán las mujeres y los hombres del futuro, que deberán hacerse cargo de este país sumido ahora en la crisis y la duda.
Como complemento de este artículo de Villalta, ofrecemos también el enlace con el documental informativo que el programa La Sexta Columna (La Sexta) ofreció el viernes 14 de junio de 2013 sobre la Reforma Wert. Entre otros muchos especialistas, se recogen las opiniones del director de la EC, Román Orozco y del miembro de honor de la misma, el periodista Eduardo San Martín, antiguos compañeros del hoy ministro Wert en el programa Hoy por Hoy de la Cadena SER.
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Víctimas del sistema educativo
Esta ley nacerá muerta. Porque una ley que mira el ombligo y los intereses del legislador no tiene ni tendrá espíritu de continuidad
Los damnificados por leyes efímeras, erráticas o vengativas no son todos los alumnos, sino los alumnos con menos posibilidades, de familias pobres, empobrecidas, con poca instrucción…
¿A qué clase de personas hay que explicarles que una sociedad se mutila a sí misma si no ofrece las mismas posibilidades de desarrollo personal y laboral a todos sus miembros?
Por Blas Villalta (*)
Un profesor es la primera víctima del desconcierto de leyes educativas, pero no es una víctima directa. Al fin y al cabo, un profesor es un profesional vinculado a un sistema, ni más ni menos que otros, que hace su trabajo de acuerdo a su formación y a las condiciones de que dispone.
Un profesor puede estar enfadado o contento con el sistema, puede sentirse representado, despreciado, acogido o vilipendiado, pero hará su trabajo con la profesionalidad que se le exige. Las víctimas de los atropellos, las verdaderas víctimas, y esto no debe pasarse por alto, son los usuarios del sistema: los alumnos y, por extensión, las familias.