La periodista Noemí Velasco, vocal de la Escuela de Ciudadanía, presentó a Sergio del Molino
Noemí Velasco presentó a Sergio del Molino |
En la actualidad, el 80% de la población vive en ciudades, según los datos que ofrece la OCDE. Sin embargo, más de la mitad del territorio es rural. En la “España vacía”, término que acuñó Sergio del Molino en 2016, viven 7 millones de personas, es decir, el 15% de la población española. Formada por las dos Castillas, Extremadura, Aragón y La Rioja, es un vasto territorio de 268.083 kilómetros cuadrados sin costa y con una notable elevación sobre el nivel del mar. Ocupa el 53% del territorio.
Hace unos años, el Instituto Celtiberia de Investigación y Desarrollo Rural, formado por un grupo de profesores de la universidad de Zaragoza, delimitó un área con datos aún más dramáticos. Resulta que, en el área formada por las provincias de Guadalajara, Cuenca, Teruel, Soria, La Rioja, Burgos y el interior de Castellón y Valencia, la densidad de población es inferior a ocho habitantes por kilómetro cuadrado. Solo hay dos regiones en Europa con una densidad tan baja: el norte de Suecia y Laponia en Finlandia.
Autor de más de una decena de libros, columnista de El País, colaborador de Onda Cero y director literario del Festival Ñ, aparte de escritor, Sergio del Molino abordará esta noche en la Escuela de Ciudadanía la realidad que vive la ‘España vacía’, a partir del libro que publicó con ese mismo título hace tres años. Según el periodista Alex Grijelmo, este ensayo se puede considerar "el desencadenante de una nueva lucha… para abordar las rémoras sociales y económicas relacionadas con el desigual reparto de la población en España".
Al comienzo del libro, Sergio del Molino avisa que “hay dos Españas, pero no son las de Machado. Hay una España urbana y europea … y una España interior y despoblada”. Ambas, a menudo, “parecen países extranjeros el uno del otro”. “Y, sin embargo, la España urbana no se entiende sin la vacía. Los fantasmas de la segunda están en las casas de la primera”.
El origen hay que buscarlo en la segunda mitad del siglo XX, aunque el autor admite que “lo cierto es que la España vacía nunca estuvo llena”. Sergio del Molino habla del Gran Trauma en un país que en menos de veinte años “se urbanizó en un instante”. Las ciudades se duplicaron y triplicaron entre 1950 y 1970, los constructores no dieron abasto para levantar bloques de casas baratas, miles de aldeas desaparecieron, otras miles se quedaron como residencias de ancianos, sin actividad económica y sin los servicios más elementales.
La España vacía está formada por pueblos “que reciben la visita del médico una vez a la semana”, “lugares donde el bar abre como servicio comunitario unas pocas horas a la semana, donde no hay cobertura de móvil y donde el alcalde vive en una ciudad a cien kilómetros y solo ejerce como tal un rato los viernes por la tarde”, “pueblos que en invierno solo están habitados por dos o tres ancianos que pasan los días pegados al brasero y llaman a la guardia civil en cuanto asoma un extraño”, “pueblos a punto de desaparecer, que desaparecerán como tantos otros en cuanto sus últimos 20 o 30 vecinos mueran o estén tan enfermos que sus hijos los trasladen a la ciudad”. En España, 700 municipios, habitados por 100.000 personas, no tienen ni hospital, ni escuela infantil, ni cajero, ni gasolinera a más de 10 kilómetros a la redonda.
Viajar por la España vacía es viajar por apellidos de gente conocida”, es viajar por “paisajes extremos y desnudos, desiertos, montañas áridas y pueblos imposibles”. Tras recorrer como reportero del Heraldo de Aragón los pueblos más remotos, Sergio del Molino dice que los habitantes de la España vacía “se sienten abandonados a su suerte”. Por eso, lo único que les queda es inventar un pasado lleno de vida, niños y gente, que poco tiene que ver con las “metáforas condescendientes y crueles”, la “crónica negra y criminal” y la caricatura que incluso aparece en El Quijote.
En medio de nacionalismos y patriotismos, Sergio del Molino destaca que “hay una España vacía en la que vive un puñado de españoles, pero hay otra España vacía que vive en la mente y la memoria de millones de españoles”. Por eso quizás el autor, entre referencias a libros, recortes de prensa y películas, narra el “viaje por un país que nunca fue”.
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