Manzanares, 28 de noviembre de 2008
Por Román Orozco
En un mundo con una fuerte crisis de liderazgo ciudadano, iniciar este curso con una persona que se ha convertido en una referencia indiscutible de la defensa de los derechos cívicos, es un lujo impagable.
Almudena Grandes es, además de una de las más brillantes narradoras del momento en lengua española, una mujer comprometida con su tiempo. Su activismo militante en defensa de los derechos ciudadanos la han convertido en un símbolo de la izquierda.
Ella fue la encargada, por ejemplo, de leer un manifiesto contra la guerra de Irak en 2003 y otro contra el terrorismo etarra, tras la ruptura de la tregua y el atentado de la T-4 en el aeropuerto de Barajas en 2007. Ha escrito hermosos textos en defensa de la II República y ha defendido con pasión los valores republicanos: una España verdaderamente moderna, laica, culta, igualitaria, democrática y progresista.
Almudena podría haber vivido cómodamente de su pluma, sin complicarse la vida. A los 29 años publicó su primera novela, Las edades de Lulú (1989), que la hizo millonaria. Esa obra, que obtuvo el premio La sonrisa vertical, ha sido traducida a 22 idiomas y ha vendido más de un millón de copias. Ha publicado seis novelas más y dos libros de relatos. Se han hecho cuatro películas basadas en sus novelas y cuentos. Escribe desde hace diez años una columna semanal en El País y ha colaborado regularmente en importantes programas de radio (Cadena SER). Ha sido distinguida con importantes premios: en Italia, con el Rossone d’Oro y en España, con el premio del Gremio de Editores y de la Fundación José Manuel Lara.
Su calidad literaria solo es comparable con su calidad humana. Es por esa razón por la que inaugura hoy esta Escuela de Ciudadanos. Además de sus grandes obras, como Malena es un nombre de tango, Los aires difíciles o su última y monumental novela, El corazón helado, Almudena ha encontrado tiempo para ocuparse de los problemas que más angustian al ciudadano hoy.
En Al Rojo vivo, un libro reciente que recoge una amplia conversación de Almudena con el líder de Izquierda Unida (IU) Gaspar Llamazares, reflexionan sobre el estado de salud de nuestra democracia. Entre las muchas ideas que nos dejan ambos, me interesa destacar esta frase de Almudena: “nos hemos convertido en un país desagradable, lleno de nuevos ricos, sin memoria y sin sensibilidad, de gente indiferente que no tiene principios...” A Almudena le gusta hablar con claridad. Es una mujer valiente que no se esconde. Dice en Al Rojo vivo que acude a actos como éste a pecho descubierto: “yo no suelo llevar gabardina, no me levanto las solapas”.
Almudena es también una intelectual honesta que defiende sus ideas libre de ataduras. Como ella misma dice: “No represento a nadie, mas que a mi misma, tengo las manos libres y ningún compromiso más allá del que me impongan mis propias ideas”.
Para eso estamos hoy aquí, inaugurando esta singular escuela. Para escuchar las ideas de esta extraordinaria mujer y escritora que es Almudena Grandes. Una ciudadana ejemplar.
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