Manifestación de estudiantes en la Puerta del Sol. Foto del SE |
Abrimos un debate sobre la nueva
ley de la enseñanza
E.C.
A punto de terminar el curso escolar, el Gobierno del Partido Popular ha aprobado en Consejo de Ministros una nueva reforma educativa: la Ley Orgánica de Mejora de la Calidad de la Enseñanza (LOMCE), también conocida por Ley Wert, nombre del ministro de Educación que la ha sacado adelante, con la oposición de todos los implicados en el sector: padres, alumnos, profesores y sindicatos, amén de todos los partidos del arco parlamentario, salvo el PP.
Con su mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados, el Gobierno no tendrá problemas para aprobar esta controvertida ley. No se esperan que se produzcan cesiones importantes en el trámite parlamentario, ya que el ministro José Ignacio Wert no ha estado hasta ahora receptivo a aceptar ninguna de las propuestas que le han hecho los partidos de la oposición. Eso sí, la comunidad educativa, profesores, estudiantes y padres ha mostrado su rotunda oposición y han plantado batalla en las aulas y la calle.
La asignatura de religión, el desvío temprano hacia la Formación Profesional, o las reválidas son los nuevos elementos importantes de la nueva ley, que, para muchos, hará la enseñanza en España más clasista y segregadora.
La Escuela de Ciudadanos, que surgió precisamente cuando la derecha más conservadora se opuso a la asignatura Educación para la Ciudadanía, durante el Gobierno de Rodríguez Zapatero, propone un nuevo debate sobre la calidad de la enseñanza en España.
Lo inicia Tohil Delgado, secretario general del Sindicato de Estudiantes de España, para quien más que una reforma, estamos ante “una contrarreforma que devuelve la escuela pública a los años 50”. Aportamos también enlaces a la página web del Sindicato de Estudiantes y a diversos artículos periodiodísticos para una mayor información de nuestros lectores.
Como en debates anteriores, ofrecemos a todos nuestros seguidores, a partidos, sindicatos y organizaciones sociales a participar con sus opiniones en este debate.
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Una contrarreforma que devuelve la escuela pública a los años 50
La única intención del Ministerio de Educación con la masificación y los recortes es acabar con la escuela pública tal y como hoy la conocemos
Segregación social: a quienes provenimos de familias trabajadoras o de los barrios más humildes nos deparará la salida lo más rápido posible del sistema educativo
Para el PP es un desperdicio económico que los hijos de los trabajadores cursemos bachillerato, formación profesional superior o incluso la universidad
Por Tohil Delgado (*)
Tohil Delgado se dirige a los manifestantes |
Durante todo este curso los jóvenes no hemos dejado de movilizarnos: hemos salido a las calles, realizado huelgas, asambleas en los centros de estudio, concentraciones y acciones reivindicativas a lo largo y ancho de todo el Estado. En todo este tiempo hemos dejado clara nuestra oposición a la que sin duda es la peor ley educativa que en los últimos treinta y cinco años hemos conocido.
Masificación y recortes
Desde los primeros compases de este curso 2012-2013, desde el Sindicato de Estudiantes (SE) nos propusimos tratar de dar a conocer entre toda la comunidad educativa algunos de los aspectos más dañinos de la nueva contrarreforma.
La exitosa Huelga General Educativa del pasado 9 de mayo, la más contundente en los últimos años, ha dejado claro cómo, junto con la acción de padres y profesores, hemos logrado popularizar algunas de los rasgos más perniciosos de la Ley Orgánica de Mejora de la Calidad de la Enseñanza (LOMCE), esta nueva ley educativa.
La enorme labor informativa tuvo como resultado que por primera vez en la historia profesores, madres, padres y estudiantes llamamos y fuimos llamados a la paralización del sistema educativo durante 24 horas para dejar claro cómo esta contrarreforma quiere ser impuesta desde el deslegitimado gobierno del Partido Popular (PP) contra la opinión de los que día a día construimos y vivimos la escuela pública.
La única intención del Ministerio de Educación es acabar con la escuela pública tal y como hoy la conocemos. Para ello desde su llegada a la Moncloa están llevando a cabo una única política educativa que se divide en dos caras de una misma moneda.
Por una parte unos recortes sin precedentes en los presupuestos de la educación pública – 5.000 millones de euros- que sólo este curso han supuesto 62.000 despidos del personal de la red pública.
Al mismo tiempo, ante la evidente masificación de las aulas que incumpliría la legalidad vigente sobre el número máximo de alumnos por clase, el PP se vio obligado a aprobar en abril de 2012 una nueva norma que permitiera incrementar hasta en un 20% el número de estudiantes por aula; pasando de 25 a 33 en primaria y de 35 a 42 en secundaria.
La segregación social en su máxima expresión
Estas medidas de recorte eran el preámbulo a su ya conocida como franquista contrarreforma educativa, que basándose en los recortes y la masificación da un nuevo paso adelante recuperando los itinerarios segregadores y clasistas que, en última instancia, dependiendo de la extracción social de cada estudiante, empujarán a una determinada modalidad educativa; a quienes provenimos de familias trabajadoras o de los barrios más humildes nos deparará la salida lo más rápido posible del sistema educativo, mientras que para aquellos que dispongan de amplios recursos económicos permitirá su continuidad hasta la educación superior.
En el fondo de estos itinerarios está la concepción del futuro que el PP prepara para los jóvenes de las familias más humildes. Desde su punto de vista, es un desperdicio económico que los hijos de los trabajadores cursemos estudios de bachillerato, formación profesional de grado superior o incluso la universidad, si al fin y al cabo lo que nos tienen preparado es el paro, la precariedad o la emigración.
Por ello al finalizar segundo de la ESO –con 13 años de edad- la LOMCE obliga a los estudiantes a “decidir” si se encaminan hacia un 3º de la ESO que les llevará, en la práctica de manera irreversible, a la FP de grado medio, masificada y sin medios suficientes, o bien hacia el bachillerato y la pelea por entrar en la FP de grado superior y mucho más difícilmente en la universidad.
Para que la decisión sea la “adecuada” se creará el “Consejo Orientador” que será el encargado de empujarnos en un sentido u otro. Los que tengamos dificultades, a la FP de grado medio, los otros… a ver que pasa en el Bachillerato.
Estos dos itinerarios bien diferenciados se completan con un tercero, el de la Formación Profesional Básica, que al finalizar 3º de la ESO y tras dos años cursándolo, nos deja fuera del sistema educativo con un título académico inferior al que obtendríamos al terminar 4º de la ESO. Es decir, que con 17 años de edad obtendremos una titulación inferior al graduado en ESO que se obtiene al finalizar a los 16 años 4º de la ESO.
Manifestación del 9 de mayo de 2013. Foto SE |
Reválidas franquistas: la expulsión fulminante del sistema educativo
Sin duda el otro aspecto más pernicioso de la contrarreforma es la recuperación de las reválidas franquistas que en los años 50 y 60 existían en el sistema educativo. Barreras artificiales que, de no ser superadas, supondrán la no obtención del título de la ESO o Bachillerato en cada caso y la imposibilidad de continuar estudiando.
Cualquier estudiante que apruebe 4º de la ESO, si quiere obtener su título y seguir estudiando en la FP de grado medio o el bachillerato, tendrá que pasar un examen de selectividad. De no aprobarlo, no se le entregará el título y se le impedirá continuar dentro del sistema educativo.
Esta misma situación se repetirá al finalizar 2º de Bachillerato. Nuevamente, si no se supera esta ya segunda selectividad, no se obtendrá el título de bachiller (teniendo únicamente el título de graduado en 4º de la ESO) y en cualquier caso, aunque sea aprobado, no permitirá todavía el acceso a la universidad.
Para poder entrar en cualquier facultad será necesario superar un tercer examen de selectividad diferente en cada universidad a la que queramos acceder.
Si por fin logramos superar esta lamentable carrera de obstáculos tampoco tendremos garantizado nuestro acceso a la universidad, ya que la última subida de tasas de un 66% de media en las matrículas universitarias está haciendo que actualmente 3.500 estudiantes de la Universidad Complutense de Madrid puedan ser expulsados porque sus familias no pueden pagar uno de los tramos, o los 1.500 ó 2.000 euros de media, que han alcanzado los precios para poder permanecer cada año en la universidad.
Una escandalosa subida que como ya se anunció hace unas semanas desde el Ministerio de Educación, volverá a repetirse este nuevo curso porque “queda claro que las familias de los universitarios no se están esforzando lo suficiente para que sus hijos puedan realizar estos estudios”.
Ante esta situación la única alternativa que nos queda a los jóvenes, y a quienes defendemos la escuela pública, es seguir explicando las consecuencias de la LOMCE y organizar y profundizar la mayor respuesta social a un gobierno que sólo se preocupa por legislar a favor de una minoría de grandes poderes económicos, mientras hunde las condiciones de vida de la mayoría de la sociedad y especialmente el presente y el futuro de la juventud.
(*) Tohil Delgado es secretario general del Sindicato de Estudiantes.
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Enlaces
Web del Sindicato de Estudiantes
Intervención de Tohil Delgado tras la manifestación del 9 de mayo de 2013 en Madrid.
Jóvenes manifestantes. Foto SE |
Álbum gráfico del Sindicato de Estudiantes
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Video-entrevistas recomendadas
Con Eduardo García, secretario general de CONAPA, José Luis Pazos, vocal de CEAPA, y Tahil Delgado, secretario general del Sindicato de Estudiantes. (El País).
Con los portavoces de Educación en el Congreso de los Diputados de Izquierda Unida Caridad García; el PP, Sandra Moneo; del PSOE, Mario Bedera, y de CiU, Martí Barberá. (El País).
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MONTE.ARROYO: 7/07/13
ResponderEliminarYa se les veia venir a los neoliberales y a la derechona en el tema de la Enseñanza , cuando el mal ministro Wert,usó la trampa de enseñar otro libro que no tenia nada que ver con la Enseñanza para la Ciudadanía por que adoctrinaba .Ahí se empezó a ver lo que perseguían ; que es cambiar a parte de la sociedad y aborregarlos para ponerlos al servicio de la Iglesia y del Capitalismo convirtiéndolos como en la Edad Media en lacayos y siervos .
Y ahora se esta viendo que lo del cambio de Educación no es para mejorar el nivel intelectual de los españoles sino para cumplir este gobierno con los recortes que les mandan de la U.E