Vigencia de la Constitución de 1978

Por Eduardo San Martín (*)
 

El próximo viernes intentaremos promover una charla con los asistentes sobre la vigencia de la Constitución 40 años después de su aprobación. Y lo haremos arrancando con el testimonio de dos periodistas veteranos a los que les salieron los dientes profesionales precisamente en aquellos años y que después han acompañado, con brillantez, el complicado proceso de consolidación de la democracia que llamamos Transición y todas las peripecias subsiguientes hasta este momento en que algunos, y no pocos, pretenden aplicar una enmienda parcial o total a lo conseguido en estas décadas.

Eduardo San Martín, periodista

Nos servirá de pretexto la publicación del libro 'Los periodistas estábamos allí para contarlo', que se presentó hace unas semanas en el Congreso, y cuya edición correspondió a uno de nuestros invitados, Fernando Jáuregui, y en el que hemos colaborado Karmentxu Marín, nuestra otra invitada, el director de la Escuela, Román Orozco, y yo mismo.

 

Como prólogo a la exposición se proyectará un corto elaborado por nuestra paisana Teresa Bellón, que triunfa en YouTube y que pone sobre la mesa un asunto que no parece tener fin después que nuestra carta magna lo zanjara hace cuarenta años: las reservas que unos partidos siguen expresando sobre los símbolos constitucionales y la aparente apropiación que otros hacen de ellos. Como si España, y Europa con ella, no tuviera enfrente dilemas mucho más importantes que resolver, en unos tiempos en que los nacionalismos, las políticas identitarias y la xenofobia nos retrotraen al mundo que sufrió las dos guerras más terribles y mortíferas de la historia de la humanidad.

(*) Eduardo San Martín Montilla (Ciudad Real) es periodista y vocal de la Escuela de Ciudadanos. Se estrenó como corresponsal en Rabat y Lisboa durante la ‘Revolución portuguesa’. En 1976 se integró en la redacción de El País. En este diario recorrió durante 14 años toda la pirámide jerárquica, desde redactor hasta subdirector. También vivió la puesta en marcha de Diario 16, El Globo (como director), El Sol (director adjunto) y El Siglo (subdirector). Entre 1993 y 1996 fue editor de los telediarios de TVE. Luego conoció la experiencia de la gran prensa regional como director de La Verdad (1996-2002). Regresó a Madrid como director adjunto de ABC, donde dio fin a su carrera en las redacciones. Durante una década participó en tertulias de TVE, Cadena Ser y Punto Radio.